jueves, 28 de julio de 2011

COMO MANEJAR LA SOLEDAD


¿Qué es la soledad?
La soledad está muy relacionada con la pérdida de relaciones con ese conjunto de personas significativas en la vida del individuo y con las que se interactúa de forma regular. La definición más común de la soledad es la de carencia de compañía y que se tiende a vincular con estados de tristeza, desamor y negatividad, obviando los beneficios que una soledad ocasional y deseada puede reportar.
La soledad puede convertirse en positiva si la interpretamos como oportunidad para aprender a vivir el dolor sin quedarnos bloqueados. También la soledad  es positiva cuando la usamos para generar recursos y habilidades para continuar transitando satisfactoriamente por la vida. Debemos aprender a interiorizar y controlar el dolor, haciéndolo parte  inherente a la vida, aprendiendo a no temerle y a no mantenernos al margen del sufrimiento como si de una debilidad o incapacidad se tratara. Quien sabe salir del dolor está preparado para disfrutar a plenitud los momentos venideros.
Dios nos mueve muchas veces a la soledad, para que El de manera personal pueda curar nuestras heridas, trabajar en nuestro carácter, para fortalecernos, para cambiarnos, para renovar nuestra mente y nuestro espíritu, para enfocarnos hacia donde El nos quiere dirigir. 
Debemos aprovechar la soledad para escuchar a Dios y  para dejarnos cambiar, Dios desea lo mejor para nosotras y lo mejor de nosotras.
Muchas veces Dios nos aísla socialmente con el propósito de que no dependamos de los demás y sí dependamos de El solamente, en un cien por ciento (100%). Cuando Dios nos llama a la soledad, El nos llama de manera transitoria. Dios no nos quiere dañar, El nos quiere sanar, fortalecer. El permite esa soledad transitoria en nuestra vida para que reflexionemos en qué punto nos encontramos. El quiere que nos conozcamos a fondo y que le conozcamos a El de manera personal y especial y para que nos encontremos sinceramente con nuestra propia identidad.
Es conveniente que, en ocasiones, optemos por la soledad. Es en la soledad donde Dios es un experto en tratar con nosotras.
        
¿Qué cosas nos pueden llevar a la soledad?
La pérdida de un trabajo
La pérdida de nuestros padres
Cambio de iglesia 
El separarnos o no involucrarnos con un grupo de mujeres o de jóvenes adultos mixto, contemporáneo a nuestra edad que sirva de apoyo emocional y social.
Un divorcio a temprana edad.
Término de una relación de noviazgo 
Ser demasiado independientes 
Mudarse sola.
Durante una de mis citas pastorales  yo le decía al pastor cómo me estaba sintiendo  en esos últimos meses y le decía que me sentía sola.
El me ayudó a enfocarme, llegué a pensar que mi soledad sólo sería aliviada si me casaba. Pero el me dijo: “tienes muchos amigos, ministerios y actividades, eres simpática, mucha gente te quiere, cómo es que te sientes sola, muchas jóvenes solteras quisieran ser como tú”. En verdad me puso a pensar en todas las cosas que Dios me había dado, una buena iglesia, ministerios en los que aportaba grupo de mujeres de apoyo, estudio de libros y de la Biblia, trabajo, Dios había sido bueno conmigo, muy bueno conmigo y lo es ahora.
Mencioné anteriormente una lista de sucesos y circunstancias que nos pueden llevar a sentirnos sola y esto ocurre cuando no canalizamos y enfocamos correctamente estas cosas en nuestra vida, a través de los lentes de Dios. 
Debemos tener cuidado de no perder nuestra perspectiva bíblica y enfoque en Dios y manejar las circunstancias con la perspectiva correcta y manteniéndonos apegadas a nuestro Señor, ya que separadas de El, nada podemos hacer. Solo de esta forma es que podemos manejarnos adecuadamente en la soledad. Dios nos manda, nos exhorta y  requiere que hagamos todo para su gloria.
Al tomar decisiones acerca de la lista que mencionamos al inicio del capítulo, debemos examinar con cuidado nuestro corazón, para ver la motivación correcta y ver si nos estamos moviendo hacia el camino del deber que es el lugar más seguro,  y si estamos tomando en cuenta los principios de la Palabra de Dios. 
Dios siempre tiene un hermoso propósito en permitir ciertas circunstancias en nuestras vidas para madurarnos y glorificarse en nosotros.  Romanos 8:28 nos dice: “Y Sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas, las cosas buenas y aun las cosas desagradables, el dolor (La pérdida de un trabajo, la pérdida de nuestros padres, Cambio de iglesia , el separarnos o no involucrarnos con un grupo de mujeres o de jóvenes adulto mixto contemporáneo a nuestra edad que sirva de apoyo emocional y social, un divorcio a temprana edad, término de una relación de noviazgo, ser demasiado independientes , el mudarnos sola, es decir vivir solas, etc.) ayudarán a bien”.
Otras veces sufrimos soledad a consecuencia de nuestros pecados y de malas decisiones que hemos tomado, por desesperarnos, por cruzar líneas que no debimos cruzar y también sufrimos y sentimos soledad a consecuencia del pecado de otros.
Ejemplo: Amnon y Tamar. 2 Samuel 13
En esta historia vemos la manipulación y los deseos pecaminosos de Amnon, también se llevó de un mal consejo, el consejo de un amigo y siervo de el. El no tomó en cuenta las reglas, no tuvo temor de Dios y no tuvo respeto hacia Tamar. Los solteros deben saber con quienes se juntan y de quienes reciben el consejo. Solteras debemos ser sabias y prudentes, aprender y a la vez pedirle al Señor que nos ayude a ver el mal. Tamar nunca se imaginó que su medio hermano haría eso con ella, que la lastimaría y pecaría contra ella. No nos quedemos sola con ningún varón en una oficina, cuarto o lugar, seamos cuidadosas y cautelosas y más si sabes que eres de hermoso parecer y atractiva. Veamos el texto.
13:1 ACONTECIÓ después de esto, que teniendo Absalom hijo de David una hermana hermosa que se llamaba Thamar, enamoróse de ella Amnón hijo de David. 
13:2 Y estaba Amnón angustiado hasta enfermar, por Thamar su hermana: porque por ser ella virgen, parecía á Amnón que sería cosa dificultosa hacerle algo. 
13:3 Y Amnón tenía un amigo que se llamaba Jonadab, hijo de Simea, hermano de David: y era Jonadab hombre muy astuto. 
13:4 Y éste le dijo: Hijo del rey, ¿por qué de día en día vas así enflaqueciendo? ¿no me lo descubrirás á mí? Y Amnón le respondió: Yo amo á Thamar la hermana de Absalom mi hermano. 
13:5 Y Jonadab le dijo: Acuéstate en tu cama, y finge que estás enfermo; y cuando tu padre viniere á visitarte, dile: Ruégote que venga mi hermana Thamar, para que me conforte con alguna comida, y aderece delante de mí alguna vianda, para que viendo yo, la coma de su mano. 
13:6 Acostóse pues Amnón, y fingió que estaba enfermo, y vino el rey: á visitarle: y dijo Amnón al rey: Yo te ruego que venga mi hermana Thamar, y haga delante de mí dos hojuelas, que coma yo de su mano. 
13:7 Y David envió á Thamar á su casa, diciendo: Ve ahora á casa de Amnón tu hermano, y hazle de comer. 
13:8 Y fué Thamar á casa de su hermano Amnón, el cual estaba acostado; y tomó harina, y amasó é hizo hojuelas delante de él, y aderezólas. 
13:9 Tomó luego la sartén, y sacólas delante de él: mas él no quiso comer. Y dijo Amnón: Echad fuera de aquí á todos. Y todos se salieron de allí. 
13:10 Entonces Amnón dijo á Thamar: Trae la comida á la alcoba, para que yo coma de tu mano. Y tomando Thamar las hojuelas que había aderezado, llevólas á su hermano Amnón á la alcoba. 
13:11 Y como ella se las puso delante para que comiese, él trabó de ella, diciéndole: Ven, hermana mía acuéstate conmigo. 
13:12 Ella entonces le respondió: No, hermano mío, no me hagas fuerza; porque no se ha de hacer así con Israel. No hagas tal desacierto. 
13:13 Porque, ¿dónde iría yo con mi deshonra? Y aun tú serías estimado como uno de los perversos en Israel. Ruégote pues ahora que hables al rey, que no me negará á ti. 
13:14 Mas él no la quiso oir; antes pudiendo más que ella la forzó, y echóse con ella. 
13:15 Aborrecióla luego Amnón de tan grande aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fué mayor que el amor con que la había amado. Y díjole Amnón: Levántate y vete. 
13:16 Y ella le respondió: No es razón; mayor mal es éste de echarme, que el que me has hecho. Mas él no la quiso oir: 
13:17 Antes llamando su criado que le servía dijo: Echame ésta allá fuera, y tras ella cierra la puerta. 
13:18 Y tenía ella sobre sí una ropa de colores, traje que las hijas vírgenes de los reyes vestían. Echóla pues fuera su criado, y cerró la puerta tras ella. 
13:19 Entonces Thamar tomó ceniza, y esparcióla sobre su cabeza, y rasgó su ropa de colores de que estaba vestida, y puestas sus manos sobre su cabeza, fuése gritando. 
13:20 Y díjole su hermano Absalom: ¿Ha estado contigo tu hermano Amnón? Pues calla ahora, hermana mía: tu hermano es; no pongas tu corazón en este negocio. Y quedóse Thamar desconsolada en casa de Absalom su hermano. 
13:21 Y luego que el rey David oyó todo esto, fué muy enojado. 
13:22 Mas Absalom no habló con Amnón ni malo ni bueno, bien que Absalom aborrecía á Amnón, porque había forzado á Thamar su hermana. 
13:23 Y aconteció pasados dos años, que Absalom tenía esquiladores en Bala-hasor, que está junto á Ephraim; y convidó Absalom á todos los hijos del rey. 
13:24 Y vino Absalom al rey, y díjole: He aquí, tu siervo tiene ahora esquiladores: yo ruego que venga el rey y sus siervos con tu siervo. 
13:25 Y respondió el rey á Absalom: No, hijo mío, no vamos todos, porque no te hagamos costa. Y aunque porfió con él, no quiso ir, mas bendíjolo. 
13:26 Entonces dijo Absalom: Si no, ruégote que venga con nosotros Amnón mi hermano. Y el rey le respondió: ¿Para qué ha de ir contigo? 
13:27 Y como Absalom lo importunase, dejó ir con él á Amnón y á todos los hijos del rey. 
13:28 Y había Absalom dado orden á sus criados, diciendo: Ahora bien, mirad cuando el corazón de Amnón estará alegre del vino, y en diciéndoos yo: Herid á Amnón, entonces matadle, y no temáis; que yo os lo he mandado. Esforzaos pues, y sed valientes. 
13:29 Y los criados de Absalom hicieron con Amnón como Absalom lo había mandado. Levantáronse luego todos los hijos del rey, y subieron todos en sus mulos, y huyeron. 
13:30 Y estando aún ellos en el camino, llegó á David el rumor que decía: Absalom ha muerto á todos los hijos del rey, que ninguno de ellos ha quedado. 
13:31 Entonces levantándose David, rasgó sus vestidos, y echóse en tierra, y todos sus criados, rasgados sus vestidos, estaban delante. 
13:32 Y Jonadab, hijo de Simea hermano de David, habló y dijo: No diga mi señor que han muerto á todos los jóvenes hijos del rey, que sólo Amnón es muerto: porque en boca de Absalom estaba puesto desde el día que Amnón forzó á Thamar su hermana. 
13:33 Por tanto, ahora no ponga mi señor el rey en su corazón esa voz que dice: Todos los hijos del rey son muertos: porque sólo Amnón es muerto. 
13:34 Absalom huyó luego. Entre tanto, alzando sus ojos el mozo que estaba en atalaya, miró, y he aquí mucho pueblo que venía á sus espaldas por el camino de hacia el monte. 
13:35 Y dijo Jonadab al rey: He allí los hijos del rey que vienen: es así como tu siervo ha dicho. 
13:36 Y como él acabó de hablar, he aquí los hijos del rey que vinieron, y alzando su voz lloraron. Y también el mismo rey y todos sus siervos lloraron con muy grandes lamentos. 
13:37 Mas Absalom huyó, y fuése á Talmai hijo de Amiud, rey de Gessur. Y David lloraba por su hijo todos los días. 
13:38 Y después que Absalom huyó y se fué á Gessur, estuvo allá tres años. 
13:39 Y el rey David deseó ver á Absalom: porque ya estaba consolado acerca de Amnón que era muerto. 
Cada uno de ellos sufrieron las consecuencias de su simpleza Amnón sufrió y  pagó de mala manera por haber pecado contra Tamar;  y Tamar sufrió por el pecado de Amnon contra ella. 
Cuando no manejamos bien la soledad,  nos desenfocamos y podemos sufrir las consecuencias de malas decisiones e influencias. 
La soledad produce:
Vulnerabilidad 
Depresión 
Dependencia de otras personas
Inestabilidad emocional
Nos lleva a cometer pecados que solo Dios conoce
La soledad es buena cuando Dios es el centro y cuando nuestra soledad tiene un objetivo: por ejemplo tener un tiempo de receso en todas las actividades para escuchar a Dios y fortalecernos. Es mejor caminar con Dios en la oscuridad que caminar solas o acompañadas  en la luz. 
¿Qué podemos hacer en nuestra soltería después de los 30?
1)Ser parte de un grupo de estudio de la palabra o de un libro, lo cual será de apoyo.
2)Sacar tiempo para escuchar a Dios y estudiar su palabra y memorizarla. 
3)Buscar la manera de servir: visitando enfermos, llamando y alentando a personas en aflicción. 
4)Ser parte de un grupo de misiones. 
5)Tener tiempo con nuestra familia (primos, sobrinos, hermanos, nuestros padres).
6)Tener tiempo de comunión con las hermanas de la iglesia. 
7)Participar en eventos con jóvenes, retiros de jóvenes, retiros de mujeres. 
8)Ser parte de un ministerio.
9)Ahorrar e invertir con nuestro dinero.
10)Ofrendar de manera especial para la obra. 
11)Servir al Señor y a nuestro país a través de nuestra profesión u ocupación haciéndolo con excelencia.
El estado de soltería nos permite hacer muchas cosas. Debemos programarnos de tal manera que honremos a Dios manteniendo una vida disciplinada y ordenada. Si Dios nos llama “en nuestro estado de soltería debemos estar preparadas, para que Dios nos pueda decir como le dijo al siervo fiel y diligente en Mateo 25:21 “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”.
Nuestra felicidad, bienestar y estabilidad, nuestro futuro, no depende de un esposo, depende de Dios absolutamente. Un esposo es un complemento, es una dádiva y don perfecto que desciende de lo alto, depende de Dios y de  si es Su voluntad que lo tengamos o no. Dios es fiel y El sabe lo que es mejor para nosotras. Eso no significa que no nos preparemos como mujeres de hogar, que seamos mujeres castas y prudentes, sumisas, con un espíritu afable y apacible, que aprendamos a manejar un hogar, hacer un menú, saber ir al supermercado, hacer una compra, organizar una despensa, llevar un presupuesto, pagar las cuentas y llevar facturas, etc. 
Ah! Tampoco significa que no debemos orar por un compañero. Debemos orar, pero descansando en el señor y sin estar llenas de ansiedad, siempre gozosas, esperando en Dios, estando en nuestro lugar, siempre prudentes y cuidadosas. Debemos recordar que no debemos comprar lo que el mundo está vendiendo, que las mujeres deben iniciar, que deben buscar.  NO. Debemos esperar, estar dispuestas, hermosas y disponibles.
Si evaluamos detenidamente nuestras vidas, al hacerlo te recomiendo hacer una lista de todas las cosas que Dios te ha dado, yo hice la mía. Verás que Dios te ha permitido hacer muchas cosas y tener muchas cosas, amigos, familia, ministerio, trabajo, actividades, cosas materiales, etc. Tal vez, lo único que entendemos que Dios no nos ha dado, es un esposo. Hermanas valemos mucho y por un esposo no debemos deprimirnos, amargarnos, aburrirnos, ya hablaremos más adelante de todas las cosas que podemos hacer como solteras y qué podemos ganar. 


3 comentarios:

  1. Hermana que lectura y enseñanza tan edificante, yo soy soltera y me ha edificado mucho. Dios te Continue facultando para esto. Bendiciones

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  3. Interesante reflexión. Como parte del Ministerio de la Mujer, fui invitada a exponer sobre este y otros temas. Su escrito ha sido muy útil. Continúe adelante con su blog.

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